Me acuerdo de una película con el mismo título de la entrada. Un chico blanco, guitarrista, viaja por la cuna del blues. Buena música la de este filme.
Al fín y al cabo, es justo lo que te vas encontrando en la vida. Lo malo es cuando el camino que escoges te lleva a un laberinto con más cruces, con puertas, muchas cerradas, pasillos clónicos y luz artificial.
Necesito llegar a un amplio salón, con enormes ventanas y, si no es pedir mucho, una terraza muy grande. Necesito aire y descansar antes del próximo cruce.